El primer paso para la recuperación de las variedades locales es la recolección en las zonas donde éstas se han desarrollado y mantenido hasta nuestros días. Por tanto se hace necesario el conocimiento del territorio en el que vamos a trabajar: costumbres, sistemas agrícolas tradicionales,etc.
Mediante la entrevista semi – estructurada a la población rural que conserva la biodiversidad agrícola, se recoge, además del propio material vegetal, toda aquella información de interés asociada al mismo. Así, además de los datos básicos como especie, nombre local, localización, se anotarán en el cuaderno de recolección datos de interés agronómico, etnobotánico, etc.
Para las labores de recolección y marcaje se utilizan los medios necesarios para garantizar la correcta identificación y localización de las entradas como son: cartografía de la zona, receptor GPS, material para el marcado de frutales etc.
La gráfica muestra las entradas recolectadas por tipo de cultivo, en el CCBAT.