Las Papas en Canarias.
Las papas llegaron desde América a toda Europa, pero, ¿sabías que Canarias es el único lugar de este continente donde se siguen cultivando las variedades antiguas? Hoy en día se pueden observar muchas de estas papas, conocidas como de color, o antiguas, que aún hoy, 500 años después de su llegada, se siguen cultivando.
Algunas de estas variedades tan arraigadas en nuestra isla son:
Bonita: se trata de papas que presentan un elevado número de denominados ojos, fundamentalmente de color rosado, y que son los pequeños agujeros por donde surgirán los nuevos brotes.
Muchas veces son las preferidas para comerlas arrugadas o en los potajes.
Hay de muchos tipos: Bonita Negra, Bonita Blanca, Bonita Rosada, Bonita LLagada, Bonita Ojo de Perdiz…
Azucena: las papas Azucenas (Blancas o Negras) podemos reconocerlas porque tienen unas franjas muy peculiares en su piel. Las flores también son muy llamativas, de color púrpura con manchas blancas.
Negra: papa de color morado, muy oscuro, y amarilla por dentro. Son de las más apreciadas por su sabor.
Torrenta o Terrenta: se trata de una papa lila por fuera y amarilla pálida por dentro. Se cultiva sobre todo en Anaga, y está en peligro de desaparecer.
La mayoría de estas papas se usan para guisar y acompañar platos de carne o pescado. Y estas son sólo algunas de las más conocidas, ya que si nos ponemos a buscar y a preguntar podemos encontrar.
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Además de estas papas antiguas o de color, también encontramos variedades que han llegado más recientemente, y que suelen llamarse papas blancas. En el campo, se distinguen porque tienen hojas grandes y flores normalmente blancas, y en el mercado porque son papas de gran tamaño, y de forma más o menos regular. Algunas de ellas, como las Autodate o las Chineguas, llevan ya varias generaciones cultivándose en nuestras huertas.
¿Cómo se siembran las papas?
Como dicen los agricultores:
"Cada año se escoge la semilla… buscar unas papitas que estén bien, y que sean medianitas. Y, si no, se cogen grandes y se parten en trozos, pero sin estropear los ojos. Después se surca el terreno, se hacen surcos bastante altos, con animales o con el motor. Dentro de los surcos se colocan las papas y luego se tapan.
Hay que cuidar durante todo el tiempo de que las papas no se queden al aire porque se “alunan”, se ponen verdes, y por eso, hay que arrimarles tierra, “arrendarlas” de vez en cuando, sobre todo cuando llueve. Además, así no echa tanta rama, sino que da más papas, más cantidad…”.