Las Judías.
Con las judías, es muy fácil darnos cuenta de todos los tipos distintos que hay; del concepto de Biodiversidad. Existen multitud de judías diferentes sólo en la Isla de Tenerife.
Blancas: generalmente pequeñas y alargadas, y su color puede ser desde un blanco luminoso hasta un tono vainilla.
Negras: son pequeñas y de color negro.
Pintadas: existen muchos tipos, pero todas tienen, al menos, dos colores por judía.
De Manteca: redondas y de color amarillo, verdoso o marrón. Son las que más se consumen porque, una vez guisadas, son blandas y sabrosas.
De Parral: judías muy grandes y planas, como las que se usan para la Fabada, aunque no siempre son blancas. Toman este nombre porque la planta crece mucho, enredándose con sus zarcillos.
Algunas de las variedades tienen nombres muy curiosos, que responden a objetos a los que su forma o color nos recuerdan, como las judías Huevo de hornero y Manto de la Virgen, ambas de color blanco con pintas rojas.
Además, en algunos casos lo que se consumen son las vainas verdes: las habichuelas.
La gente del campo: "De siempre se han sembrado los cultivos alternando, es decir, la huerta que lleva un año papas le pones al siguiente las judías. Porque así los bichos de la papa no encuentran siempre lo que les gusta, las papas, que si no cada vez vendrían más. Y las judías lo que tienen es que son buenas para el terreno, si no cambias de cultivo se va agotando el alimento de la tierra, pero cuando plantas las judías al año siguiente las papas salen con más fuerza."
Rotación de cultivos: Práctica tradicional, repetuosa con el medio ambiente.
¡Es cierto! Está científicamente demostrado que las legumbres poseen en sus raíces unas bacterias especiales, que les permiten aportar nitrógeno a la tierra en la que crecen. Esta característica las hace muy útiles para enriquecer el suelo, ya que este elemento es muy importante para la fertilidad de la tierra.